A medida que uno/una avanza en el aprendizaje de idiomas, sea cual sea, uno va imaginando como puede ser esa clase de español que uno imparta. ¿cómo darle una clase de español a un francés? ¿y a un inglés? ¿y a un chino? ¿y a un hablante de quechua?
Conforme uno/una va atravesando ese camino, comienza a comprender las particularidades culturales de esta sociedad, de la otra. Y junto a eso, su gran reflejo en la lengua. ¿por qué aquí está este grupo de palabras que aquí no están? ¿por qué este idioma es más pobre o más rico en vocabulario?
Entonces el ejercicio que se hace es antropológico: si lo que a mí me cuesta o me resulta fácil en tal o cual idioma es esto. ¿qué le resultará fácil o dificil a el o ella en mi idioma?
Pensemos, por ejemplo, en nuestros verbos ser y estar: en varios idiomas, como el inglés y el francés, son la misma palabra. Entonces, nosotros como hispanohablantes vamos a demorar cierto tiempo hasta mentalizarnos en que hay que dirigirnos hacia el mismo significante para decir distintos significados.
¿Cuál será el problema del francés o del inglés en nuestro idioma? Quizás sea más dificil: cuándo se utiliza "ser"...y cuándo "estar".
¿Cómo trabajarlo? Con una ejercitación constante -presentación y resolución de casos- hasta que el tema esté internalizado. Tanto de manera oral como escrita. Hasta que puedan decir oraciones simples por iniciativa propia con "ser" y otras con "estar".