Hola, me llamo Martina y tengo 21 años. Vivo rodeada del inglés desde hace aproximadamente 10 años, pero estudié en un instituto durante 6.
Enseño desde abril del 2019. Le he enseñado a gente de todas las edades, desde los más chiquitos hasta personas de la tercera edad. Con el tiempo adquirí esta facilidad para adaptarme a cada alumno, a cada nivel de dificultad y a cada problema. Aprendí mucho en poco tiempo, me considero una esponja porque absorvo fácilmente de todo lo que me rodea, experimento y hago.
Enseñar puede ser estresante y frustrante, pero también te da un montón de cosas. Te enseña a tener paciencia, a entender más a las personas y, lo más importante, conocés gente excepcional que te ayuda a mejorar día a día. Es lo más gratificando que he hecho en mi corta vida, y probablemente nada lo supere.
Nunca voy a olvidar a mis alumnos, menos a los primeros que me volvían loca (3 compañeritos de quinto grado), pero si no fuera por ellos no me hubiese animado a seguir. Era divertido, exhaustivo y enriquesedor. A día de hoy lo sigue siendo con todos y cada uno de mis alumnos. Tengo la suerte de decir que tengo muchos, que siempre aparece alguien nuevo y están satisfechos, al igual que yo con ellos.
Siempre me agradecen a mí, pero en realidad debería agradecerles yo por ayudarme a crecer, aprender y por darme una oportunidad. Gracias, en serio.