Sistema educativo y experiencia personal

Con tan solo 18 años nos hicieron elegir qué queríamos estudiar. Con tan solo 18 años debíamos pensar cual sería nuestro futuro sin ninguna introspección personal, la cual nos ayudaría a decidir qué podríamos aportar a una sociedad llena de necesidades. Mi único pensamiento en el momento de tomar la decisión se basaba en "estudiaré alguna carrera que tenga salidas profesionales". Así tendría un empleo seguro y estable para toda la vida. Y así fue, me preparé para superar la prueba de selectividad pero sin haber desarrollado capacidades como la confianza, la inteligencia, la creatividad y el talento como para saber cuales eran mis inquietudes. Así es como nos preparó el sistema educativo industrial, y así es como está preparando a millones de personas a lo largo de los años hasta ahora.

De pronto, me vi estudiando una carrera de la que no sabía ni de que trabajaría por sus múltiples salidas laborales. Pero como se me daban bien las matemáticas y (en un principio) te aseguraría un puesto de trabajo, decidí estudiar ingeniería industrial. Llegó el primer año y el primer palo. Lo asumí, ya que era normal en una carrera dura. Llegó el segundo año y terminé aprobando las asignaturas de primero y alguna de segundo. El tercer año fue decisivo, mi motivación disminuyó ya que estaba estudiando una carrera sin un claro objetivo y no tenía sensación de estar interiorizando, avanzando y aprendiendo cosas para el mundo laboral. En el examen tan solo expulsábamos lo que habíamos estudiado para poder llegar al deseado aprobado.

Entonces tomé, en mi opinión, la mejor decisión: estudiar otra carrera. Aunque la mayoría de compañeros estaban en una situación similar, no llegaban a comprender la decisión ya que llevaba tres años de carrera. Esta decisión fue fruto de una profunda introspección; decidí no seguir la corriente de agua que me llevaba arrastrando estos años y decidí empezar la carrera de ingeniería en diseño industrial.

¿Hay que ser buen estudiante para aprobar?
Los grandes pensadores En este mundo han existido grandes pensadores de las Matemáticas. Se puede decir que sin ellos no existiría...

Y es que, tenemos una profunda necesidad de permanecer en nuestra zona de comodidad y un espantoso miedo de salir de ella. Pero permanecer en la zona de confort es más arriesgado aún. Quedarte inmóvil, atrapado en un estado del que no quieres salir por su comodidad puede sonar bien, pero en un mundo en el cual los cambios están sucediendo cada vez a mayor velocidad es abocar al fracaso.

Por tanto, no se trata de acomodarse, sino de tomar conciencia y buscar aquello que te llene sin tener miedo al cambio. Las adversidades logran que avances en el camino una vez las superas, lo importante es tener el valor para enfrentarnos a ellas. Para ello es imprescindible el autoconocimiento, herramienta que nos debería proporcionar el sistema educativo tradicional y necesaria para una vida con sentido. Por eso, te invito a autoconocerte, a salir de la zona confort y a disfrutar el arte de vivir para no lamentarte de no haber vivido de verdad.

Jon Molinos