¿Se puede comprar la felicidad? ¿Qué nos dice la teoria?

Los economistas utilizan el término utilidad para representar una medida de la satisfacción o felicidad que obtienen los individuos cuando consumen bienes y servicios. Como una renta más alta permite consumir más bienes y servicios, decimos que la utilidad aumenta conforme mayor es la renta. Pero ¿se traduce realmente un aumento de la renta y del consumo en un aumento de la felicidad? Las investigaciones que comparan distintas medidas de la felicidad sugieren que la respuesta es un sí matizado.

En un estudio, se elaboró una escala ordinal de la felicidad a partir de la respuesta a la siguiente pregunta. «Teniéndolo todo en cuenta, ¿cuánto está de satisfecho actualmente con su vida?». Las respuestas posibles iban de 0 (totalmente insatisfecho) a 10 (totalmente satisfecho). Se observó que la renta era un buen indicador de la felicidad (otro era el hecho de que la persona tuviera o no trabajo). En promedio, cuando la renta aumentaba un 1 por ciento, el nivel de satisfacción aumentaba medio punto. Sabiendo que existe una relación positiva entre la utilidad o satisfacción y la renta, es razonable asignar valores de utilidad a las cestas de bienes y servicios que compran los consumidores.

¿Es esa relación cardinal u ordinal? Se trata de una cuestión que sigue debatiéndose.

Llevemos esta investigación un paso más allá. ¿Pueden compararse los niveles de felicidad de distintos países y dentro de un mismo país? Una vez más, los datos dicen que sí. En otra encuesta realizada a ciudadanos de 67 países, un equipo de investigadores formuló la misma pregunta: «Teniéndolo todo en cuenta, ¿cuánto está de satisfecho actualmente con su vida en general?»

Para puntuar las respuestas, se utilizó una escala de 1 a 10; se asignó un 1 a los más insatisfechos y un 10 a los más satisfechos. La renta se midió por medio del producto interior bruto per cápita de cada país en dólares americanos. La Figura 3.9 muestra los resultados; cada punto representa un país. Puede observarse que cuando pasamos de los países pobres que tienen una renta per cápita de menos de 5.000 dólares a los que tienen una renta per cápita más cercana a los 10.000 dólares, la satisfacción aumenta considerablemente.

felicidad

Cuando traspasamos el nivel de 10.000 dólares, el grado de satisfacción aumenta más despacio. Es difícil hacer comparaciones internacionales, ya que es probable que haya otros muchos factores, además de la renta, que explican la satisfacción (por ejemplo, la salud, el clima, el entorno político, los derechos humanos, etc.).

Es posible, además, que la relación entre la renta y la satisfacción sea de doble sentido: aunque un aumento de la renta genera mayor satisfacción, un aumento de la satisfacción motiva más a los individuos para trabajar mucho y obtener una renta más alta. Curiosamente, la relación positiva entre la renta y la satisfacción se mantiene incluso cuando los estudios tienen en cuenta otros factores.

Fuente: “Microeconomia” de Robert S. Pindyck y Daniel L. Rubinfeld. Pagina 91.

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