En Violininterior: la iniciación al violín... elijo grupal o indivual?

Hoy iniciamos una vez más, un curso grupal de iniciación al violín. En esta ocasión, lo llamamos intensivo porque nos encontraremos durante un mes dos veces por semana con interesados en pispear y decidir, no quedarse con las ganas. Sin instrumento propio, ni requisitos de conocimientos previos, pueden participar. Adultos, pero por qué no de otras edades. De hecho, hoy éramos dos adultas, una adolecente y un niño. La avidez y la curiosidad por aprender puede ser compartida por todos. Generalemente se acercan personas de distintas edades, que comparten una enorme motivación previa. Quien siempre -o desde que le picó la curiosidad irremovible-, quiso y no pudo o tuvo oportunidad de tener en las manos un violín. Que desean tocar, pero suelen recibir un "el violín es para entendidos, es difícil, no es para cualquiera..." . Que se sorprenden de que se lo presenten como algo accesible. Que salen con la cara iluminada, habiendo vivenciado el hacer sonar y musicar con este hermoso y a la vez "endiablado" instrumento.

La iniciación grupal tal como la entendemos nosotros es una oportunidad muy disfrutable... si gustan de la situación de compartir con otros con experiencias diversas. Un grupo rara vez es homogéneo, de hecho nunca lo es tanto como para poder prever cómo será y qué nos dejará luego de apostar a transitarlo. En este sentido, no recomendamos esta modalidad para quien busca únicamente una introducción al estudio formal y clásico de este instrumento, o preparar un examen de ingreso al conservatorio... Sin duda que este recorrido que proponemos aporta conocimientos prácticos y técnicos, pero no con un lenguaje técnico y formal, ni la tradicional gradación que se puede ver en un programa de estudios, con los libros y repertorio de estas instituciones. Nada de libros, al menos no en esta iniciación; un gran porcentaje de práctica y un sólo lo necesario de "nombrar a las cosas por su nombre" recién después de haberlas probado y experimentado. Pasado una primera instancia, ya pueden en todo caso tomar otras decisiones, si era o no este su instrumento, si es momento de comprar uno o quizás probar por otras vías. Porque seguro que el violín puede ser para cualquiera, pero no a todos los cautiva como para practicarlo diariamente, y eso es absolutamente personal de la sensibilidad de cada uno o incluso del momento de la vida.

En nuestras clases de iniciación hacemos prácticas y dinámicas que permiten a los participantes amigarse e incorporar equilibradamente y orgánicamente el instrumento a su propio equilibrio corporal, procurando no perder la libertad de movimiento y expresión, la misma que buscamos a la hora de jugar, bailar, andar en bici...Ciertamente no es algo instantáneo, pero como "hacer se haciendo haciendo", lleva el tiempo que tenga que llevar. Por eso es imprevisible cuántos conocimientos o saberes decantarán en cuánto tiempo y está en cada uno abrirse a cada encuentro.

Es "más rápido" el aprendizaje grupal? Es "más divertido"? Es "más tedioso porque el de al lado tira para atrás"? En fin, eso dependerá de qué desea a priori el o la aventurera que se decide a vencer los impedimentos y meterse en este fascinante mundo de la música a través de las cuerdas frotadas.

Es cierto que si no tenés instrumento, y querés conocerlo introductoriamente, si el presupuesto te restringe en la elección, si ya pudiste experimentar en otro ámbito que con otro es "más llevadero"... Este es tu grupo. Si tenés instrumento para practicar en casa y una conciencia clara de querer meterle horas de vuelo, probablemente la modalidad individual sea la indicada, aunque siempre sugerimos esté paralelamente complementada con un encuentro grupal semanal, que aporta esa cuota de intercambio, escucha mutua, y goce que da hacer música en conjunto.

Nos reconforta al terminar la primera clase de hoy, un comentario de Silvana: "...es lo que estaba buscando!, nunca había tocado ni por encima un violín, y hoy sentí que ya estaba tocando...-".