?Conocí a mi profesor de violín, Fedoski, hace tres años gracias a la recomendación de un amigo músico cuando intentaba retomar mi formación musical tras una larga pausa, y desde nuestra primera clase supe que había encontrado al maestro ideal; él es ese tipo de profesor que combina perfectamente el rigor técnico con una extraordinaria capacidad para motivar, detectando exactamente qué aspectos de mi técnica necesitan trabajo mientras adapta sus enseñanzas a mi ritmo de aprendizaje y a mis gustos musicales. Nunca olvidaré aquella clase en la que, completamente bloqueada con un pasaje de Bach que parecía imposible, Fedoski, en lugar de insistir, compartió su propia experiencia de frustración con ese mismo pasaje cuando era estudiante y me propuso un enfoque diferente: escuchar la pieza interpretada por varios violinistas con los ojos cerrados y luego "cantar" internamente la melodía antes de tocarla, un método que dos semanas después me permitió interpretar el pasaje con fluidez.
Ver más
Ver menos