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Profesor y Licenciado en Historia de la UBA. Apasionado. La propuesta es estudiar la historia y las instituciones (por eso la Educación Cívica) de manera que se comprenda la integración cotidiana y fundamental que tienen en nuestras vidas de siempre. La historia lo es todo, nos atraviesa aunque no lo sepamos, la nuestra, la de los demás, la de nuestra sociedad, nuestro país, nuestros vecinos, familia y amigos. Si uno interioriza algunas partes aunque sea de los procesos históricos, los ve reproducirse en el presente, en el día a día, dando explicaciones a situaciones cotidianas, personales y públicas. A través de la historia uno entiende problemas, por qué pasan ciertas cosas, porque se repiten ciertos patrones, cómo se crean y se desarrollan. Pero lo más importante para estudiar Historia es deshacerse de todos los preconceptos que tiene, de todo lo que cree saber, que siempre le dijeron que así era, que tal vez es obvio para uno. Porque también la historia es estudiar eso: cómo se enseña la historia, no solo en los colegios sino en las casas, con sus diferentes ideologías y contextos sociales, culturales y económicos. Estudiar historia es una manera integral de aprender a ser menos prejuicioso, más analítico, de estar menos perdido y enojado y ser más reflexivo y empático. Uno conoce más de todo. Les propongo que se dejen conocer por la historia y conocerla ustedes a ella.